martes, 1 de mayo de 2012

Déjà Vu II


Hoy vamos a meternos de lleno en el manejo de Déjà Vu, desde la creación de un proyecto hasta la exportación del texto traducido.

Igual que hemos visto con la creación de memorias y terminologías, el primero paso una vez tenemos abierto Déjà Vu, pinchamos en Archivo>Nuevo>Proyecto; nos aparecerá entonces el Asistente; pinchamos en Siguiente>Crear.

Es recomendable crear en este momento una carpeta donde almacenar tanto el propio proyecto como las memorias de traducción, textos alineados y demás herramientas, de forma que podamos ubicarlo todo rápidamente. Como siempre, le damos un nombre al proyecto y lo ubicamos dentro de la carpeta que acabamos de crear. Se crea entonces un archivo con estensión .dvprj (Déjà Vu project). Pinchamos en Siguiente y nos pide que establezcamos el idioma de origen y el/los idiomas de destino. Como ya comenté en otra entrada, es importante establecer claramente este punto y recordarlo para el futuro, pues si más adelante se nos pide esta misma información pero alteramos los idiomas, no podremos hacer una exportación correcta del texto traducido.

Tras seleccionar los idiomas pinchamos en Siguiente y nos pide que agreguemos una memoria.
Pinchamos en Agregar TM local y tenemos dos opciones:

- Elegir una memoria previa que ya tuviéramos creada, en cuyo caso, es tan simple como seleccionarla.
- Crear una memoria nueva: elegimos la ubicación, le damos un nombre y la abrimos.

Déjà Vu permite añadir más de una memoria a la vez, cosa que resulta bastante útil cuando nuestra colección de textos vaya creciendo.

Volvemos a pinchar en siguiente y nos pide la terminología. El proceso es el mismo que con la memoria, nos pide que seleccionemos o creemos una. Esto lo haremos pinchando en Agregar MT local.
De nuevo pinchamos en siguiente y nos da la opción de especificar el nombre del cliente y el tema del proyecto. Esto es útil cuando empezamos a tener varios clientes, pues cada uno tendrá unas especificaciones que se verán reflejadas en las terminologías y memorias. Para añadir un cliente nuevo, pinchamos en Añadir/eliminar. Introducimos el código (una abreviatura o similar que nos ayude a reconocer rápidamente de qué cliente se trata) y el nombre del cliente. Pinchamos en Añadir>Aceptar y nos devuelve al Asistente. Al seleccionar el tema, podemos elegir una de las múltiples opciones que propone Déjà Vu o bien añadir una nueva opción; en este caso, el proceso es el mismo que para el cliente.

Cuando hayamos terminado nos pide que añadamos los archivos de origen, es decir, los documentos que queremos traducir. Pinchamos en añadir, seleccionamos los archivos correspondientes (puede ser más de uno) y pinchamos de nuevo en siguiente.

De este modo, habremos completado el proceso de creación del proyecto. Para iniciar la importación de los archivos, pinchamos en Terminar y esperamos a que el ordenador nos cargue el texto.
Entonces aparecerá la siguiente interfaz:



Como podemos observar, en la columna izquierda tenemos el texto origen dividido en segmentos y, a la derecha, una serie de líneas en blanco; es aquí donde debemos ir introduciendo nuestra traducción. Si hemos introducido una memoria o una terminología previa, el propio programa irá introduciendo automáticamente los términos que sean equivalentes; para ello, debemos tener los 5 botones de la línea de abajo seleccionados (Escritura automática activada, Autoensamblaje Activado, Autobúsqueda activada, Autopropagación activada, Autoenvío activado y Autocomprobación activada). Esto nos va a agilizar muchísimo la traducción y nos permitirá mantener un mismo estilo a lo largo de todo el texto.

En la imagen de arriba, podemos ver cómo en la séptima línea, el texto aparece encuadrado en códigos numéricos "[1] [2]", esto se debe a que en el texto original, esas palabras (en este caso, una URL) tienen algo de especial, ya sea una negrita, un salto de página o, lo que es más probable en este caso, un enlace a una Web. Para poder copiar estos códigos, no hay más misterio que teclear Ctrl+F8 y aparecerán directamente. Cada uno deberá ubicar dentro de los códigos las palabras correspondientes que consideren.

Este punto es un buen momento para señalar que es muy útil tener el texto original a mano, ya sea impreso o abierto en el ordenador, pues se pueden dar casos como el de los códigos en el que el estilo pueda cambiar por culpa de las diferencias entre la sintaxis y el léxico de ambos idiomas. Por ejemplo, en un original podemos tener:

«Huevos [1]revueltos[2] con arroz»
Obviamente, en la traducción, los códigos no deberán estar ubicados rodeando la segunda palabra de la oración, sino rodeando a "revueltos" pues es la palabra resaltada:
«[1]Scrambled [2] eggs with rice»

Una vez que tenemos todo esto claro, no queda más que completar la traducción de todo el documento.
En otra entrada aprenderemos a añadir pares a la terminología y otras cuestiones interesantes, pero ahora es importante señalar que, cuando terminemos un segmento, en vez de pasar al siguiente bajando con el cursor, debemos hacerlo tecleando Ctrl+flecha de dirección hacia abajo. De esta manera, añadiremos el segmento, que ya estaría alineado, a nuestra memoria.

Cuando hayamos completado el 100% de la traducción, toca exportarla. Para ello, pinchamos en Archivo>Exportar>Proyecto traducido. Aparecerá una ventana en la que te pide un destino para el archivo; lo concedes y le das a aceptar. Si vamos a la carpeta donde hemos decidido ubicar el archivo, observaremos que Déjà Vu ha creado una carpeta nueva y dentro estará el archivo traducido.

Si, por ejemplo, hemos importado a Déjà Vu varios documentos, pero necesitamos exportar sólo uno de ellos, podemos pinchar en la columna derecha, donde pone Explorador del proyecto. Pinchamos encima del archivo>exportar archivo traducido y le damos una ubicación. Así, podremos disponer del documento aunque el proyecto no esté finalizado.

Estas son las directrices básicas para hacer una traducción con Déjà Vu. Como la versión escrita de cualquier información es difícil de seguir, os dejo también un par de vídeos con el proceso entero.
- Traducir: 

viernes, 27 de abril de 2012

Déjà Vu I



Hoy empezamos la serie de entradas sobre Déjà Vu.

El primer paso, como es obvio, es tener descargado Déjà Vu en el ordenador. En la página Web de Atril (http://www.atril.com/), podemos descargar una versión de prueba de Déjà Vu X2 que durará 30 días —también está disponible la descarga del sistema completo, previo pago de una buena cantidad de dinero—. Para ello solo es necesario registrarse en la página y seguir las instrucciones para su instalación.

Una vez que tenemos Déjà Vu instalado, su uso es bastante sencillo. En esta entrada vamos a ver algunas de las posibilidades que ofrece esta MT aparte de la creación completa de proyectos de traducción.

Memoria
En este contexto, entendemos memoria como el archivo donde vamos almacenando segmentos alineados (como ya vimos en la entrada sobre Bitext) y de la que se va a servir Déjà Vu para proporcionar coincidencias de vocabulario dentro de un contexto.

Para crear una memoria, pinchamos en Archivo>Nuevo>Memoria. En ese momento aparecerá en una ventana el Asistente de creación de la memoria. Pinchamos en Siguiente y a continuación el asistente nos pedirá que creemos una memoria nueva. Pinchamos en crear y elegimos una ubicación y un nombre para nuestra memoria. Se creará un archivo con extensión dvmdb (DejáVù Memory Database). Volvemos a pinchar en Siguiente y la memoria ya está creada. En la próxima entrada veremos cómo importarla en un proyecto y cómo empezar a llenarla con segmentos.

Terminología
La terminología  es un archivo similar a la memoria, con la diferencia de que en esta, sólo se almacenan palabras, en vez de segmentos completos.

El procedimiento para crearla es bastante similar al anterior: debemos pinchar en Archivo>Nuevo>Terminología. De nuevo aparece una ventana de Asistente; pinchamos en Siguiente, creamos una terminología eligiendo nombre y ubicación. Se crea entonces un archivo con extensión dvtdb (DejáVù Terminology Database). Para incluir términos en nuestra base de datos tendremos que empezar a trabajar con algún proyecto. Cuando estemos en ello, es tan simple como seleccionar las palabras origen y meta y pinchar en Añadir par a terminología, ya sea en el desplegable que sale clickando el botón derecho del ratón, apretando la tecla F11 o pinchando en el simbolito del cilindro azul que aparece en la parte superior de la pantalla.

Proyecto de alineación
El proceso es similar al de Bitext. Tras seguir los mismos pasos que con la memoria y la terminología, Archivo>Nuevo>Proyecto de alineación>crear proyecto, el sistema nos pide que introduzcamos dos textos, el de lengua origen y meta y señalemos los idiomas de cada uno. Con Déjà Vu se puede alinear más de un archivo a la vez: antes de darle a siguiente, solo será necesario añadir más documentos, siempre poniendo atención en que las lenguas de origen y destino sean las mismas. Al darle a Siguiente se importarán los archivos. A continuación, tenemos la opción de señalar el cliente y el tema o campo en el que se ubican los textos, pero el paso puede omitirse. Finalmente nos aparecerán los textos alineados. Como pasaba en Bitext, es probable que la alineación no sea correcta. Para corregirla, contamos con los botones inferiores «juntar», «separar», «hacia arriba», «hacia abajo» y «borrar».

Déjà Vu permite ir introduciendo términos en la terminología directamente, así que, si ya tenemos una creada, podemos empezar a engordarla desde este mismo punto. Se seleccionan los términos de ambos textos y de pincha el botón que parece abajo a la izquierda "Agregar a la terminología".

Cuando hayamos terminado de alinear, pinchamos de nuevo en Siguiente  y el asistente nos pedirá que especifiquemos una memoria para almacenar los segmentos alineados. Si ya tenemos una, la seleccionamos. Si todavía no hemos creado ninguna, podemos crear una nueva. Le damos a siguiente y habremos terminado la alineación.

Para finalizar la entrada, os dejo un breve tutorial sobre cómo alinear con Déjà Vu: http://www.youtube.com/watch?v=q354GJXqibE

lunes, 16 de abril de 2012

¿qué pasa con la manzana?


En esta entrada quiero hablar brevemente de los problemas a los que nos enfrentamos los traductores si nuestra herramienta de trabajo principal, el ordenador, no es un PC sino un Mac OS (producto Apple).



En la actualidad, los productos de Apple están cosechando un gran éxito y cada ves más gente adquiere sus productos, especialmente sus ordenadores, sin embargo, las aplicaciones de PC no son compatibles con el sistema operativo Mac OS X, y es necesario adquirir la versión creada específicamente para estos ordenadores. ¿Cuál es el problema? Principalmente, que no hay programas de MT para Mac. A día de hoy, la única MT compatible con este sistema es OmegaT y, como todos sabemos, no es la herramienta más potente ni la más usada en el mercado.

El siguiente link os llevará a un artículo muy interesante sobre las posibles opciones que los usuarios de Mac tenemos ante esta situación.

En resumen, el texto alaba ciertas características del Mac en relación con Windows, como la ausencia de virus, la integración entre hardware y software o la manejabilidad general del sistema. A continuación propone las opciones que tenemos los usuarios Mac para solventar el problema de las MT.
Así pues, el autor del artículo propone 4 posibilidades de trabajo para los Maclovers:

1. Arranque dual. En pocas palabras, dividir el disco duro  instalar en una de las mitades el sistema operativo de Windows; a priori puede resultar casi insultante pensar en tener un Mac con Windows dentro, pero obtendremos un claro beneficio: tenemos nuestro Mac OS X para el uso cotidiano del ordenador pero podremos instalar una MT como Trados o Déjà Vu  sin tener que adquirir otro equipo.

2. Virtualización. Gracias a programas como Virtual Box es posible instalar Windows pero ejecutarlo desde Mac. Por decirlo de alguna manera, Windows sería una aplicación dentro del sistema operativo de Apple. Esto nos ahorra el volver a arrancar el equipo para cambiar de un sistema a otro y añade la ventaja de poder compartir archivos e información que con el arranque dual no eran posibles.

3 Emulación. Es la opción menos útil, pues, según el artículo no da buenos resultados o ni si quera funciona la mayoría de las veces. La teoría es que hay aplicaciones que permiten usar programas desarrollados para otros sistemas operativos sin necesidad de instalarlos dichos sistemas.

4. Uso exclusivo de Mac OS X. Este es el punto más interesante para los traductores fieles a la manzana que no quieren dejarse tentar por Windows. Tras comentar las actuales facilidades para trabajar con documentos de Office sin tener problemas de compatibilidad (cuestión que cualquier usuario de Mac ya debería saber) se mete de lleno en lo que nos ocupa: opciones de MT que puedan usarse en estos ordenadores. Descartados de la lista Déjà Vu y Trados, el autor nos señala varias opciones ciertamente atractivas, como son Wordfast, o AppleTrans, específicamente diseñada para Mac. Habla también de herramientas programas con Java que pueden usarse en diversos sistemas, como Windows, Mac y Linux.

Os recomiendo que leáis el artículo entero, da esperanzas sobre lo que creíamos un caso perdido. Después de leerlo he llegado a la conclusión de que no tendré que comprarme un PC para poder realizar mi trabajo.

lunes, 9 de abril de 2012

La alineación y Bitext2TMX


Hoy, vamos a iniciar nuestra andadura por las herramientas de traducción que nos van a simplificar el trabajo. En este post hablaré de la alineación de textos, que proporcionan una valiosa fuente documental y léxica.

En estos años hemos aprendido que uno de los recursos más útiles para un traductor son los textos paralelos, es decir, aquellos que versan sobre el mismo tema y que probablemente tengan parte del vocabulario que necesitaremos para nuestra traducción. Un buen traductor debe tener un corpus de textos paralelos rico y variado (dependiendo de sus campos de trabajo); si encima, este corpus es bilingüe, la tarea es más fácil aún, pues podremos comprobar el uso que se da en cada lengua al término o  expresión necesitados. Sin embargo, tener estos textos en documentos sueltos y desordenados hace que la labor de búsqueda y consulta entre sus líneas sea, cuanto menos, lento y tedioso. Es aquí donde entran en acción los alineadores de textos, como por ejemplo Bitext2tmx o las herramientas de alineación que incorporan programas de traducción asistida como Déjà Vu o Trados.

En todos los casos, el procedimiento es bastante similar, pero hoy nos centraremos en el funcionamiento de Bitext2tmx. Este programa permite segmentar y alinear oraciones traducidas de textos con formatos simples y generar una memoria de traducción en formato TMX que luego podrá usarse con aplicaciones de traducción asistida.

El programa es bastante sencillo y las funciones básicas son accesibles para cualquiera. Una vez que tenemos el texto origen y el meta en archivos con formato txt, abrimos Bitext2tmx y pinchamos en Archivo>Abrir, elegimos los archivos origen y meta y establecemos las lenguas de partida y llegada así como la codificación (UTF-8 es la más adecuada).  Estos pasos son intuitivos y el propio programa hace saltar las ventanas necesarias para elegir los idiomas y la codificación.

Atención: es importante que decidamos cuál es el texto origen y cual el meta en base al tipo de traducciones que solamos hacer o la MT en la que vayamos a incluir esta alineación. La razón es simple, si nuestro trabajo se centra en traducciones directas (EN-ES) pero al alinear, establecemos que el texto origen es español y el meta inglés, es probable que al trabajar en nuestra aplicación de MT esta alineación no nos sirva, pues el programa no reconozca la codificación de los idiomas.

Tras terminar estos pasos, nos aparecerá una ventana que tiene este aspecto:



Como se puede observar, aparecen dos columnas con ambos textos alineados automáticamente por el programa. Es probable, por no decir que es seguro, que esta alineación no sea exacta; para corregirla o adaptarla a nuestras necesidades, tenemos debajo de cada columna los botones "Unir", "Eliminar", "Partir" que, obviamente, sirven para modificar las oraciones, haciéndolas más o menos largas, para eliminar cuestiones irrelevantes etc.

Una vez que hayamos completado de alinear el texto, lo guardaremos pinchando en Archivo>Guardar. Se creará entonces un archivo TMX que podrá ser importado a nuestro entorno de traducción habitual.

Si comparamos este programa con otros más conocidos como Trados WinAlign, veremos que Bitext2tmx es bastante simple y no ofrece tantas herramientas; sin embargo, para iniciarnos en el mundo de la alineación y trabajar textos no muy largos, es una buenísima opción.  

domingo, 1 de abril de 2012

GESTIÓN DE PROYECTOS parte II


Una vez que hemos establecido el número de días que tardaría una sola persona en hacer todo el trabajo, es momento de repartirlo entre los traductores, correctores y demás participantes en el proyecto.
Tomando como referencia  la tabla de la entrada anterior, observamos que el total de días es de 122. El objetivo es reducir esta cifra al plazo que el supuesto cliente nos ha dado para poder realizar el encargo: 30 días. 
Gracias a Excel, es posible hacer una tabla en la que ir ajustando el número de días y participantes en el proyecto hasta llegar a los 30 días, aproximadamente, que queremos.
A continuación, se presenta una tabla con dichos datos:




Como se puede observar, la segunda parte de la tabla recoge una estimación de los posibles días de inicio de cada tarea teniendo en cuenta cuánto se tarda en realizar cada tarea para poder comenzar la siguiente.
Sin embargo, estos datos puestos sobre una tabla no son de mucha ayuda. Gracias a programas como Openproj podemos hacernos una idea de cuánto tiempo real vamos a utilizar: aparecen fechas concretas y podemos verlo como un gráfico donde se ilustran los tiempos de cada actividad. Además, se puede elegir si incluir o no los fines de semana, por lo que podemos decir que es una herramienta verdaderamente útil.
Aquí os presento una propuesta de Openproj tomando como referencia los datos de la tabla anterior:



sábado, 3 de marzo de 2012

GESTIÓN DE PROYECTOS Parte I

En términos generales, la gestión de proyectos es una disciplina con la que podemos planear, organizar, coordinar los recursos y personas de los que disponemos para poder cumplir una serie de objetivos que permitan llevar a cabo un trabajo o un encargo (en definitiva, un proyecto) con éxito. Si aplicamos esto a nuestro campo, esta planificación servirá para poder completar un encargo de traducción de manera eficiente y eficaz. En cada proyecto hay que tener en cuenta varios factores: el objetivo del proyecto, el tiempo que llevará realizarlo, los costes del proyecto, tanto fijos (pago a los traductores, revisores, etc.) como variables (posibles programas o licencias que haya que adquirir, imprevistos...) y, por último, requisitos colaterales como por ejemplo exigencias del cliente fuera de las habituales.
Las fases del proyecto se van a dividir en tres grandes grupos:
·      Preparación: tras recibir el encargo que hay que traducir, lo primero es hacer una valoración del mismo; en esta valoración pondremos atención a la cantidad de trabajo (páginas o palabras por traducir, imágenes, material adjunto...), las personas de las que disponemos y las que vamos a necesitar, programas que se van a utilizar, etc. Con todo esto, propondremos un presupuesto a nuestro cliente; si es aceptado, nos pondremos manos a la obra y la tarea principal que hay que desarrollar es la documentación: si se trata de un cliente nuevo, debemos ver si va a proporcionarnos fuentes terminológicas, documentos anteriores ya traducidos o algo que pueda ayudarnos en la tarea. Si no es así, deberemos ocuparnos de tener una buena base documental. En caso de ser un cliente conocido, probablemente tengamos ya una memoria de traducción que nos facilitará la tarea; además, el cliente siempre puede proporcionarnos nueva información.
·      Fase lingüística: cuando ya tenemos un buen corpus documental empieza el verdadero trabajo, la traducción. El proyecto puede variar mucho, por lo que el gestor deberá tener en cuenta las diferentes partes del encargo para asignar más o menos traductores, según su especialidad. Puede darse el caso de que el proyecto tenga una parte de texto normal y otra de traducción de imágenes. Como es evidente, no se tarda lo mismo ni tiene la misma dificultad una traducción corriente que la localización de imágenes; esto deberá verse reflejado tanto en el presupuesto como en la planificación y asignación de tareas. A medida que se vayan completando apartados de la traducción, el proceso de corrección puede empezar y poco después, el de revisión. En esta fase debemos tener en cuenta una revisión o corrección hecha por el cliente, para comprobar que el encargo le satisface.
·      Fase técnica: el último paso antes de la entrega se divide en dos partes. En primer lugar, la maquetación final del encargo, donde se unirán los fragmentos con las posibles imágenes o capturas y se unifica el aspecto general del documento traducido; finalmente, se hará un control de calidad con el que nos aseguraremos de que estamos entregando al cliente un trabajo hecho satisfactoriamente.

A continuación, tenemos una propuesta de planificación de los días necesarios para hacer un proyecto que incluye un manual, texto en HTLM y capturas de imágenes.


Propuesta de planificación de tareas
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viernes, 2 de marzo de 2012

EMPEZAMOS


En este blog veremos multitud de cuestiones relacionadas con el papel que la informática juega actualmente en la vida del traductor. Vamos a aprender a usar herramientas tan sencillas con Word o Excel pero también podremos seguir los pasos básicos en algunas memorias de traducción, así como otros programas relacionados con el tema que nos ocupa. 

Pero antes debemos preguntarnos:
¿Necesita un traductor la ayuda de la informática para poder realizar su tarea?

Supongo que la respuesta correcta a esta pregunta en la actualidad sería sí. No obstante, como todo hoy en día, esta necesidad se ha creado con los años, facilitando nuestra tarea en gran medida; desde los diccionarios electrónicos, que agilizan la tarea de buscar los términos, pasando por asistentes de traducción y procesadores de texto que delatan posibles faltas, errores o erratas que podamos cometer a lo largo de un texto, sin olvidar los foros y páginas web que permiten una documentación rápida y, en general, fiable.

Si echamos la vista atrás, nos damos cuenta del enorme trabajo que suponía una traducción hace cuarenta o cincuenta años donde toda la ayuda que podía recibir el traductor era la de un diccionario en papel, una máquina de escribir y, con suerte, algún conocido con conocimientos en el tema de la traducción. Esto, por no mencionar la labor que debieron realizar los pensadores de épocas antiguas.

Esto plantea algo importante: ¿somos ahora peores traductores que antes?
Dejo la pregunta abierta para quien quiera contestarla. De momento, vamos a centrarnos en lo que nos ocupa, la informática aplicada a la traducción